A una edad temprana, Rose decide dejar su ciudad natal, Lille, para explorar Bruselas antes de establecerse en Barcelona. Es en 2017, en el corazón de la cosmopolita capital catalana, donde su obra conceptual y estética encuentra sus raíces y se cristaliza.

Emociones, análisis y compartir son las palabras que podrían definir el enfoque de la artista. Espontánea e instintiva, le encanta representar temas de la vida cotidiana, sus ciclos naturales y la evolución personal.
Con movimientos fluidos, materiales arenosos, transparencias y dualidades cromáticas, el trabajo de Rose busca principalmente la noción de equilibrio tanto en el aspecto visual como en el personal.

Del beige al negro, pasando por todas las tonalidades de marrón, y del contraste entre formas y texturas orgánicas a una estructura minimalista, Rose aspira a crear una simbiosis entre los diferentes elementos presentes en el lienzo.

Su obra es una oda a la armonía, a las etapas de la vida y a la atención plena. Un profundo intento de representar visualmente su proceso de pensamiento y compartirlo en el camino.