La raíz es el órgano de las plantas que crece en dirección inversa al tallo, y en su recorrido vital va absorbiendo lo necesario para su avance, creciendo y enlazando con su medio. Este símil nos lleva a repensar el derrotero contemporáneo que nos relaciona con la naturaleza y nuestros entornos.
“Objeto: Proceso y reflexión” surge de reconsiderar el camino de vuelta hacia lo natural, hacia la sensorialidad que marca nuestra relación con los elementos originarios.
El contacto con lo imprevisto, la realidad de un proceso que expresa la sensibilidad del papel en las esculturas de Justino del Casar, esculturas contundentes que se erigen moldeando el tiempo y el trampantojo inherente.
El camino nato, la huella animal y la trashumancia se conectan en los tapices de Regina Dejimenez a través de su sutil trabajo textil.
El palpar un crujir de la tierra en las piezas de Ícaro Maiterena, la lava de un volcán. La mano del artista moldea la tierra, el barro y la cerámica, lo palpable es el fuego.
El material humilde y los procesos de puntadas que meditan naturaleza con Cristina Vallejo, soportando el símil de una cerámica de lo tejido.
El nutrir de la grietas de nuestro imaginario rural, Carlos Villoslada nos acercan la huella humana y su relación con el entorno, un vestigio que sustenta materiales rescatados y da espacio al paso del tiempo.
La flor del desierto, creciendo y enlazandose con su medio, absorbiendo el C02 y custodiando nuestro oxígeno. Carmelo Zappulla, con sus estudios e investigaciones, nos trae a la actualidad, uno de los derroteros más importantes de nuestra era.
El tiempo, los procesos y las relaciones que se enlazan entre el artesano, sus piezas y sus futuros hábitats. En esta muestra, obras de arte y diseño, generan discursos permitiendo una naturaleza cuidada y conectada a lo esencial.
Un recorrido vital por los elementos naturales que quedan implícitos en piezas de coleccionismo.